A mis amigos, alumnos, ex alumnos:
Llegó a mi atención un escrito: Ha fracasado el liberalismo https://informatepy.com/2022/2023/06/10/la-hipotesis-derrotada-el-liberalismo-fracaso/
-libelo diría yo conforme al tenor del mismo- donde se ¿comenta? un ensayo que yo había escrito hace más de dos años sobre el libro del profesor Patrick Deneen de la Universidad de Notre Dame. El lector podrá leer mi artículo aquí.
La interpretación del mismo la dejo a Uds, potenciales lectores, aunque, debo advertirle que -según la hermenéutica clarividente del señor Héctor Acuña, autor del libelo- mi ensayo adolece, por lo menos, de los siguientes diez errores, entre defectos y espantos.
- 1. Que es “confuso”, de “difícil comprensión”, por la “concurrencia de tantos errores conceptuales” que sólo se podrían explicar “desde la ignorancia, la mala fe… o desde el lugar donde se amontonan los malos entendidos”. En suma, entraña errores intelectuales y morales. ¿Intención de engañar?
- 2. Que la única interpretación posible en tamaña confusión es desde una “torre de marfil”. Es esotérico, y por lo mismo, yo solamente como autor podría desentrañarlo.
- 3. Que se malinterpreta a Deneen pues supone que “el riñón del liberalismo” refiere a Deneen. Ninguna otra interpretación es posible.
- 4. Que se comete el “tropiezo teórico” de confundir democracia y liberalismo. Es el precio de ignorar a Deneen y Tocqueville.
- 5. Que “evidentemente ni Ramos-Reyes ni Deneen, se tomaron la molestia de leer hasta la página 15 de la obra fundamental de Locke”. A saber, el señor Acuña posee la certeza de que, ambos, hemos obtenido doctorados en filosofía política con apenas haber leído 14 páginas de la obra fundamental de Locke. O si lo leímos, no lo entendimos. O tal vez si lo entendimos, lo excluimos por antiliberales.
- 6. Que, escandalosamente, no hay “rubor” en citar al “comunista señor Zapatero” como un autorizado al definir de la palabra libertad. Vale, como dirían los españoles.
- 7. Que se comete “la falacia de la falsa equivalencia cuando trata como si fueran la misma cosa, la tradición de Thomas Hobbes y la de John Locke”. Una de las peores falsedades cometidas y difíciles de enmendar, pues, habría que avisar a mis alumnos engañados de primer curso de filosofía, de varias generaciones.
- 8. Que, se advierte “para los que creen, como el profesor Ramos-Reyes, que el liberalismo fracasó”. Caso curioso de adivinación de pensamiento.
- 9. Que se tenga cuidado con la definición que se posea de liberalismo “a fin de sortear el abismo conceptual en el que cayeron nuestros colegas Ramos-Reyes y Dennen”. Dicho por un colega, más claro, abismo.
- 10. Que el ensayo sobre el libro de Dennen muestra que “la tesis de Deneen es copiada, y, además, mal copiada” (¿de Hayek?) ¿Por qué no acusar ya directamente de plagio?
Finalmente, y para asegurar, que el lector potencial no se deje engañar por mi ensayo, el señor Acuña le recuerda que “La sintaxis del artículo es terrible, y además de los errores teóricos, hay que tolerar, de buen grado, errores gramaticales y omisiones de palabras. No existe ni una sola referencia seria.”
Y luego de esos juicios de admiración y de caridad que el señor Acuña emite, como pequeñas perlas prudenciales que se señalan para aproximarse al texto, Ud. querido lector podría acercarse al mismo con la hermenéutica correcta. Pero, si sospecha de estos diez errores le recomiendo, a modo de introducción, otro artículo que también me topé a propósito del comentario del señor Acuña. Me refiero al artículo sobre El fracaso del liberalismo: Ramos Reyes y Acuña Troche del señor Emilio Urdapilleta quien dice haberme conocido. A mi edad y por haber estado en tantos lugares, se me nubla la memoria de su recuerdo. Ver el artículo aquí: https://informatepy.com/2022/2023/06/11/el-fracaso-del-liberalismo-ramos-reyes-y-acuna-troche/
Curiosamente y para mi sorpresa –agradecida– es una respuesta al señor Acuña, aunque parca en criticar los errores que me señala el mismo. Muy respetuosa y, sobre todo, bastante certera de lo que ha sido la intención de mi ensayo, como también de mi pensamiento y mi postura de filósofo cristiano. No quiero decir con esto que estoy de acuerdo con todas las afirmaciones del señor Urdapilleta sobre la relación entre la modernidad y la Iglesia. Yo soy de los que hacen distinciones y matizaciones entre principios e impostaciones históricas, Revelación sagrada y mediaciones culturales e ideológicas. Yo no sigo como él, a luminarias como el Conde de Maistre, Juan Bautista Vico o Donoso Cortés, o quizás a algunos de los defensores de Sardá y Salvany. Los respeto. Pero he optado por una defensa de la Cristiandad en la tradición de Lord Acton y Mons. Dupanloup, de Lacordaire y Ozanam, de Luigi Sturzo y Antonio Rosmini (reivindicado por Benedicto XVI). A propósito del Papa Ratzinger: mi distinción siempre fue entre iluminismo y modernidad y no una simbiosis indiscriminada entre iluminismo, modernidad y cristianismo. https://www.lanacion.com.py/columnistas/2023/01/08/benedicto-xvi-el-primer-papa-posmoderno/
Y por supuesto, como bien recuerda el señor Urdapilleta, soy hijo en el “espíritu” de Jacques Maritain, cuya filosofía me legara mi maestro Secundino Núñez. Y Adriano Irala Burgos. Exacto, el mismo Maritain, que según algunos no era sino un calco del hereje Felicité de Lammenais, aunque –según Urdapilleta– “un poco diluido”. Insisto: soy un maritainista que propongo una Democracia Constitucional, un Estado de Derecho, basado en un ethos cristiano y de ley natural, que aún dé respuestas a este mundo deshecho entre el posmodernismo y las ideologías woke, y a esta América Latina (y Paraguay) que, desangra entre utopías cristianas socialistas y sus reacciones militares-conservadoras, o tentada por propuestas libertario-anarquistas, no encontrando aún su camino de estabilidad institucional. Horror de los horrores para liberales y tradicionalistas. Pero supongo, y espero estar en lo cierto, que, a pesar de las diferencias, me unen más cosas de las que me separan de la postura del señor Urdapilleta: yo tampoco creo en esa iglesia del pueblo o populista, de la liberación o de la Pachamama sino en la Iglesia: Una Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Nada más. Solamente quise aclarar algunos puntos para mis amigos, alumnos y exalumnos. Sin ánimo de polémica. Creo que el señor Urdapilleta lo hizo bastante bien. También exhorto al señor Acuña a que lea a algunos liberales, por lo menos aquellos en los que, en mi juventud, conceptualmente, me ayudaron en mi formacion. Le suplico la lectura de Don Gregorio Marañón, el médico humanista español quien, en sus libros, y me refiero sobre todo a su Ensayos Liberales (que me había hecho leer mi padre) escribía (lo parafraseo) que el liberalismo no es la postura donde el fin justifica los medios. Se deben respetar las formas. Ahí empieza la tolerancia. La cortesía es el medio para una mirada a la inteligencia del otro, a su propuesta por más ininteligible que la misma nos parezca. El insulto, o la soberbia, o la injuria, no son medios que justifican el valor de la libertad.
Finalmente, les sugiero a ambos que lean mi último libro (entiendo que los libros últimamente ya no se leen, sino que bastan hilos de tuits) Pero, En Busqueda de la Republica , van a tener una idea, más o menos cercana de mi búsqueda filosófico política. Soy consciente de que mi postura en dicho texto podrá, -a estar las reacciones por mi brevísimo ensayo sobre el profesor Deneen- agitar el Índex de libros prohibidos de la ortodoxia liberal del señor Acuña, como también remover los escombros del Syllabus Errorum, del señor Urdapilleta. Comprendo. Es el precio de toda limitacion humana. En todo caso, no sería sino la consecuencia de seguir fiel a aquella expresión de Maritain: de que tiene un costo el no seguir a “los rumiantes de la Santa Alianza, como a las ovejas de Panurgo” (El Campesino de Garona) . Es la belleza de vivir en una democracia pluralista. Por el momento, al menos.
Un respetuoso saludo a todos.
Prof Mario Ramos Reyes
Ph. D., Universidad de Kansas
Junio, 2023