Desarrollo supone subsidiariedad
No se puede construir una sociedad si no se tiene iniciativa. Nada, ningun bien viene caido del cielo. Los bienes se tienen que crear y para ello, se debe generar una cultura de la inventiva, de la creatividad que no surge de manera espontanea. Ello implica trabajo y sobre todo, una educacion para el trabajo que se solo se adquiere, se absorve por osmosis, de generacion en generacion. No se puede, como mas nos gustaria, quemar etapas o saltar las mismas. Pretender que una ciudadania ejerza virtudes civicas implica que la misma cuente con grupos, familias, comunidades con dichas energias civicas. No es funcion de la autoridad el de generar dichas posibilidades.
La autoridad publica, no obstante, posee otras funciones para gestar las posibilidades de nacimiento de esa cultura del trabajo que mencionamos. La primera de esas funciones no cabe duda, es politica. Es una funcion tantas veces reclamada, la del bien comun. Con ella, la autoridad debe afirmar y grantizar los intereses de todos los ciudadanos y no solo de algunos. ¿Que quiere decir esto? Que el poder publico debe generar las oportunidades para todos de lograr cierto bienestar y no solo para algunos. Pero adviertase bien aqui lo que decimos; generar oportunidades no el resultado de las mismas.
No es funcion politica de la autoridad garantizar a todos los mismos resultados. Eso seria injusto; seria dar a todos lo mismo sin atenerse a los meritos y esfuerzo de los ciudadanos para lograr sus objetivos. Ese es, recordemos, el problema grave del estatismo populista; sea socialista o no; la de conferir bienes a sus proselitos sin merito alguno y con el unico fin de garantizar sus votos en retorno. Asi el poder de la autoridad es controlado no lo la ciuadadania sino por grupos de presion de clientes que lo unico que buscan es beneficiarse sin esfuerzo, sin educacion y sin sentido de responsabilidad republicana de las ventajas de tener amigos en el poder.
Pero existe otra funcion, tan importante como la politica o de bien comu y que, por lo mismo, forma parte de la misma. Es la funcion de subsidiariredad cuyo principio establece la responsabilidad personal y de la iniciativa privada. La politica de la subsidiriedad es la concrecion del autentico pluralismo social pues garantiza y propone que lo que los grupos o entidades sociales puede hacer por si mismos no sebe ser usurupado por la autoridad del estado. Es, me atrevo en afirmar, la prueba mas palpable de la riqueza del republicanismo donde el prinncipio del auto-gobierno de los grupos se esfuerzan por descentralizar el poder.
Una politica de subsidiariedad, por lo tanto, encarna precisamente lo contrario del intento del totalismo estatal y de la politica del pobrerismo igualitarista que solo busca clientes y no ciudadanos emprendedores. La subsidiariedad es asimismo contraria, perdonoseme la insistencia, a una predica lastimera y paternalista solo induciente a la baja estima de los ciudadanos en donde el estado y el que posee la administracion general del mismo, pretenden fungir la figuras de salvadores cuando lo que hacen es generar mas dependencia e inmadurez civica. De ahi que, como sostuvimos la semana pasada, el problema no es la pobreza como tal sino, mejor, la pobreza de ideas y de iniciativa, el desconocimiento de la subsidiarieda entre ellas. La pobreza materia es la consecuencia de esa orfandad de dirigentes que en su ignorancia, quieren que la ciudadania les sigan en su ineficiancia y corrupcion perennes.