Blog: La fe es personal: sus convicción y gestos deben ser tambien públicos
La fe es personal. Pero eso significa que la convicción y gestos de la misma debe ser privada pero también pública.
La verdad es que no entiendo, si esto es cierto. El Papa sugirió, refirió o le dijo al jugador Roberto Mancini de que por que se persignaba. Dicen que el pontífice le habría preguntado. “¿Por qué hacen ustedes la señal de la Cruz, no piensan en otras cosas en ese momento?’. – A lo que el italiano habría reaccionado al pedido. – Por eso desde ese momento – expreso – no la hice más. No quiero que el Papa se enoje”. “Para que no se enoje el Papa”
Si esto es cómo lo relata la noticia es un paso más en la privatización de la fe Católica, que ya, poco a poco, y cada día más, siendo relegada a lo más intimo, a los templos. La verdad es que me tiene perplejo: cómo si la fe no seria un acto de la persona total, no solo de la voluntad o del entendiendo, y que como tal se manifiesta no solo privada sino públicamente. Nadie debe sentirse avergonzado de mostrar lo que uno es. Y menos alguien de convicciones profundas. La fe, que se traduce en gestos y signos, no es algo que una busca“imponer” después de todo sino solo de “proponer.” Y esta propuesta debe ser sincera, abierta, sin dobleces. ¿Pero si la persona la “esconde” por respetos humanos, cómo los demás van a ver y recibir esa propuesta? Todavía queda viva en mi memoria aquel memorable encuentro de Juan Pablo II con el dictador Stroessner en el Palacio de Lopez, donde precisamente, criticaba a esa postura tan común durante los nefastos anos de la dictadura: la falsa pretensión de que la Iglesia se mete en asuntos públicos, políticos:“No se puede arrinconar a la Iglesia en sus templos, como no se puede arrinconar a Dios en la conciencia de los hombres” – había dicho el pontífice polaco sin tapujes o miedo a la cara del dictador
Yo aún creo en eso.
Por lo pronto, el católico debe anunciar, públicamente, compartiendo – sea protestando pacíficamente frente de una clínica de aborto, persignándose antes de un partido de futbol – a tiempo y a destiempo – con respeto pero con firmeza. Eso vivir una identidad clara, dentro de un sano pluralismo liberal democrático, después de todo.
Yo no se si todo tiempo pasado fue mejor, pero si se, que las ideas era más claras entonces que ahora.
Juan Pablo II en el Palacio de Lopez, 16 de mayo de 1988.
“La evangelización, tarea de la Iglesia en todos los tiempos y por toda la tierra, repercute necesariamente en la vida de la sociedad humana. No se puede arrinconar a la Iglesia en sus templos, como no se puede arrinconar a Dios en la conciencia de los hombres. La Iglesia, fiel a su misión redentora, procura acercar a todos los hombres a Dios, y de este modo fomenta la dignidad del hombre, porque busca asemejarlo a Jesucristo. Por eso mismo, pide a todos los cristianos que, como corresponsables de la misión de Cristo y como miembros de la misma Iglesia, hagan todo lo posible por afirmar y defender la dignidad de sus hermanos los hombres, con todas las consecuencias espirituales y materiales de esa dignidad en la vida de cada persona y de toda la sociedad. Lo pide porque el mandato del Señor es: “Que os améis los unos a los otros… como yo os he amado” (Jn 13, 34). Es este amor a los demás lo que distingue a los discípulos de Cristo (cf. Ibíd, 13, 35) y lo que le hará acreedor del premio o del castigo eterno (cf. Mt 25, 31-46).”