La perdida de la realidad: mas alla de Babel
Hoy ya no existe un lenguaje metafórico o poético, ni mucho menos analogico para expresar la rqieuza de la realidad. La palabra “Padre,” por ejemplo, ya no significa – cómo expresaban los clásicos, – a aquel que ejerce la paternidad biológica, o espiritual o divina. Una analogia donde, si bien hay distinción, tambien hay similitud. Padre es la figura patriarcal y autoritaria, la construcción arbitraria de la sociedad injusta. Todo se ha politizado, ideologizado. A uno le acusan de fascista, ultra, o xenófobo, sin examinar la realidad de las afirmaciones invocadas. La realidad es solo la auto percepción construida por los sensibles. Mucho menos se da un lenguaje preciso, claro, o lo que en la antigua lógica llamábamos unívoco. Ya no. Seria mucho pedir. Un sueno. El lenguaje ha devenido un pantano de equívocos en donde las palabras y los términos no significan nada. O peor, significa lo que el que enuncia le atribuye. Pletórico de ambigüedades interesadas. Estuve siguiendo una serie de palabras en escritos y autores diversos y me he quedado perplejo en los significados que se le concede a las palabras “dignidad,” o “discriminación,” y ni que decir “matrimonio,” “igualdad,” “desarrollo de doctrina.” Si alguna vez se recurre a la etimología o, bien a la lógica formal, para aclarar significados, hoy todo es fluido, transaccional, construido, deconstruido, en una palabra, inventado por quien tiene el poder de hacerlo. La postmodernidad han invento un mundo ficticio y virtual que se está tragando a casi toda la cultura, incluida a grandes sectores de la Iglesia. Ni lenguaje analogico, ni univoco. Es el advenimiento del reino equívoco de la arbitrariedad semántica: si esto no es ir más allá de Babel, bueno, se le parece mucho!!!