Se es filosofo en el abrazo a la humanidad de los alumnos, discípulos, las personas

Sí, me amaneció la frase “Se es filósofo en el abrazo a la humanidad de los alumnos, discípulos, las personas” – cuando me topé, repentinamente, ayer de tarde con un exalumno que había abandonado la Universidad. Me hablo conmovido de cómo, luego de una serie de hechos, tuvo que dejar de estudiar y, como sentía nostalgia por la clase de filosofía y las discusiones que teníamos entre todos. Era un alumno que había dejado la secundaria, un típico “drop-out,” pero que había ecomenzado. Le di a leer y presento un texto: The Risk of Education by Luigi Giussani. Fue extraordinario, pues comprendió su vida con la pedagogía de Giussani, al punto que invite gente a la clase para oírle. Y era un drop-out que – me dijo- no sabía nada de nada y que siempre lo rechazaban. Ayer, me comento recordando, que continuaba sin saber mucho – I am not a bookish type of person -pero que ha vivido y hecho experiencia de su vida y, desde aquellas clases, sacado un juicio para lo que quiere en su vida, que es lo que cuenta.
-¿Por qué dejaste de nuevo? – le espete.
-Por su clase – me dijo con esa certeza tan americana.
– ¿Qué diablos hice yo – le dije?
– Nada, pero todo, era el tema de la experiencia y el de las preguntas sí. U. solo quería que formulara mis preguntas. Que me relacione con el Infinito. El solo poder cotejar mi humanidad y mis deseos de verdad – con el riesgo de errar, como dice Giussani; me dio razón y explicó de mi historia – concluyo
Me despedí. El otoño triste y frío de Kansas, me hizo atinar a repasar repensando aquello de qué forma parte de mi identidad:¿para qué realmente uno enseña cuando sabe tan poco sobre la vida? ¿Qué es lo que hace que un filósofo sea tal?;¿El talento?; ¿La calidad argumentativa? ¿La oratoria? ¿La simpatía? ¿La inteligencia? Todo eso contribuiría en algo, pero en última instancia, lo que, importa colegí – es lo que escribí: “Se es filósofo en el abrazo a la humanidad de los alumnos, discípulos, las personas. ”
Eso me amaneció de nuevo luego de casi tres décadas de docencia. Es que un filósofo es apenas un testigo, y nada más. Sin eso, la filosofía es cualquier cosa, es verso, sofistica, falsa conciencia, charlatanería sofisticada. Algo que solo puede, me temo, enseñar un drop-out a un Ph.D.
Diciembre 2, 2015